viernes, 11 de marzo de 2016

Bogotá: de “humana” a “mejor para todos”

Artículo publicado en la Edición impresa 114 (Febrero - marzo 2016) de Periferia Prensa Alternativa


Por Equipo Periferia Bogotá

Los gobiernos suelen autodenominarse de alguna manera  y las formas en las que lo hacen varían, como en la utilización de algún buen adjetivo que los deje bien parados. “El gobierno de la paz”, de “la educación”, “la cultura ciudadana”, entre otros. Incluso, algunos han nombrado su mandato justo con el antónimo de lo que harán, como el doble gobierno de la “seguridad” –que repitió desde 2002 hasta 2010- y que al contrario de seguridad generó una red de informantes ciudadanos que sirvió para situar a los civiles en frente del visor de la guerra. Bogotá, la capital de Colombia, se disputa ahora entre el cambio de unos adjetivos a otros, de “Humana” a “Mejor para todos”. Y entre ambos lemas hay una distancia abismal.  

“Ojalá podamos algún día olvidar la palabra estrato”, discurso de posesión de Gustavo Petro
Bogotá Humana buscó hacer del ser humano el centro de la política, y por ello construyó una inclusión real de poblaciones difícilmente involucradas en la toma de decisiones en Colombia, como afros, indígenas, agricultores, LGTBI e incluso de unos que parecía que políticamente pasaban desapercibidos, como los animalistas y los antitaurinos. Ejemplo de ello fue Clarisa Ruiz Correal, anterior secretaria de cultura, quien dirigió su proyecto hacia dos aspectos fundamentales: la primera infancia y el respeto por la vida en todas sus manifestaciones, incluyendo a los animales y la naturaleza.

La Bogotá Humana creyó en la cultura y aumentó el presupuesto de estas entidades notoriamente. El Instituto Distrital de las Artes, Idartes, tenía en 2011 un presupuesto de 21.798 millones de pesos, luego, en el primer año de la administración Petro comenzó con un presupuesto de 71.098 millones y en 2015 aumentó a 142.780 millones. Además se generó desde el gobierno una descriminalización del grafitti, y se incluyó y dignificó a ese tipo de artistas, comenzado porque cambió la forma de llamar su oficio con un eufemismo, de  grafitti a arte urbano.

No todo fue tan positivo, fue humano incluso en equivocarse continuadamente. El gobierno Petro tuvo errores trascendentales en aspectos de planeación urbana y no alcanzó metas tan ambiciosas como la descontaminación del río Bogotá o la cobertura total de agua potable para todos los estratos socioeconómicos, entre otros. Pero es claro que logró grandes avances sociales, que como dijo Clarisa Ruiz “solo un gobierno progresista alcanza”. Y estos crearon un colchón que permitirá a Peñalosa no comenzar su mandato en cero, tiene ya un camino avanzado, por lo menos en la inclusión social.

Peñalosa ha estado preparándose para ser Alcalde desde hace más de una década. “Será necesario hacer una labor sin precedentes, para reducir los gastos no estrictamente indispensables en todas las entidades y hacer que cada peso de impuestos y tarifas que pagan los ciudadanos con esfuerzo, produzca resultados que mejoren efectivamente la vida de los bogotanos”, aseguró Peñalosa en su discurso de posesión. Y es que hoy, al recibir la nueva administración, su gabinete ha manifestado que se encontraron con muchos y poco efectivos consejos ciudadanos, con cargos públicos en espacios donde no son necesarios y con un esfuerzo ambicioso de abarcar tanto que al final puede parecer poco eficiente. Peñalosa propone la reestructuración de los espacios de participación ciudadana, la pregunta es cómo va a hacerlo, cómo va a incluir de manera eficiente a esas poblaciones históricamente excluidas. Allí está el gran reto, en hacer de la participación ciudadana un espacio eficaz y eficiente, sin sacrificar la inclusión por la rentabilidad.

“Bogotá en los próximos 40 años debe ser tres veces la Bogotá que es hoy” su discurso de posesión de Enrique Peñalosa
Uno de los temas descuidados por la administración Petro fue el patrimonio, ya que los esfuerzos se enfocaron más en lo social que en lo patrimonial. En el nuevo gobierno el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, entidad adscrita a la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, recibirá el aumento presupuestal que no dio el anterior burgomaestre. Peñalosa viene con la firme intención de emprender un proceso como en el que se ha embarcado Medellín en los últimos años, embellecer el espacio público, con el agregado que en Bogotá además se quiere recuperar y mantener el patrimonio. Es este un tema desde luego importante, pero debe estar acompañado de planes de empoderamiento social, ya que el monumento es la forma, pero la memoria es el contenido. El actual gobierno planea hacer un plan de conservación y reparación del centro histórico, para transformar ese espacio en un territorio habitable, pero habrá que esperar la respuesta de la ciudadanía a dichos planes, con la firme esperanza de que el proceso social sea más fuerte que el arquitectónico y no esté acompañado de desplazamientos urbanos.

Peñalosa informó a su gabinete sobre la necesidad de generar alianzas público privadas para unir esfuerzos hacia el mejoramiento de los procesos de la administración pública. Resultado de ello será la posible unión de los festivales Jazz, Colombia y Salsa al Parque; para los que el nuevo director de Idartes, el actor Juan Santiago Ángel, propone buscar alianzas con empresas privadas que den mayores patrocinios en los eventos. Por su parte la nueva secretaria de educación, muy acorde con lo dicho por el Alcalde, ha informado que hay una necesidad de incentivar la demanda y ligarse al sector privado, mediante los “colegios por concesión”.

Los medios de comunicación generaron una presión ahogante en la administración Petro, en la que todo fue “el gran escándalo”. No tanto ruido se hizo con el tema de Peñalosa y el Institute of Transport Development Policy (Instituto de Políticas de Desarrollo de Transporte), aunque algunos medios lo han mencionado. Como El Espectador, periódico que en días pasados publicó que “es noticia, conocida y difundida por medios y redes sociales, la vinculación del Alcalde en 2001 al Institute of Transport Development Policy (ITDP) y a su órgano de directores en 2006, lo cual le imprime un evidente sesgo a las soluciones urbanas de transporte que él decida tomar. Esta institución, que preside desde 2009, según su director ejecutivo, Walter Hook, ha ´diseñado, apoyado e inspirado´ desde 2004 más de 54 sistemas de Transmilenios o Bus Rapid Transit (BRT), como ´solución pragmática´…”. Debe recordase, por ejemplo, que la instauración del Transmilenio en el primer gobierno Peñalosa, atrasó la construcción del metro de Bogotá. Sin embargo, es temprano para hacer acusaciones, pero se está a tiempo para prevenir consecuencias.

La gran apuesta de la “Bogotá mejor para todos”, será la cultura ciudadana, pero la pregunta es si será una cultura ciudadana enfocada en costosas campañas, para que las personas no se pasen los semáforos en rojo y los ciclistas utilicen el casco, o si será una cultura ciudadana enfocada en el empoderamiento de los ciudadanos de los derechos civiles que los cobijan y de la construcción colectiva del espacio público. Como lo explica el analista en comunicación política y docente de la Universidad Externado de Colombia, “El ejercicio retórico de la administración de Petro, en el que toda la comunicación sensible pasaba por él, no permitió que muchas de sus buenas prácticas de política cultural tuvieran eco en los ciudadanos. Lo que se sabe hasta ahora es que la cultura ciudadana y sus estrategias de persuasión para incidir en los comportamientos ya están terminando de pensarse y prontamente veremos la traducción de la “Bogotá Mejor Para Todos”, en diferentes temas como ahorro del agua, el espacio público y movilidad, entre otros. Pues ya se comunicó que este aspecto lo liderará Mockus (creador de un concepto revolucionario de la cultura ciudadana en su gobierno)”.

Volviendo al principio. La Bogotá Humana propendió por el ser humano en su integridad, y al traducir la “Bogotá mejor para todos”, humanos somos todos y mejor para todos ¿sería hacernos más humanos? Parece lo mismo pero no es. Habrá que ver qué de progresista, en el sentido humano y no económico, trae este nuevo gobierno. Hasta ahora comienzan a verse los planes de la nueva administración y los errores de la anterior. Las cartas ya están sobre la mesa y las manifestaciones y agresiones que hubo en Transmilenio en días pasados ya permiten comenzar a sacar conclusiones.



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